Duración: 11:41 min
La naturaleza no solo nos alimenta, vive y respira en nosotros. Los mismos elementos que ella tiene, la tierra, el agua, el fuego y el aire; los tenemos nosotros en nuestro cuerpo. Al conectarnos con ellos, nos ayuda a armonizarnos con nuestro interior. Al observarlos y meditar sobre sus cualidades nos trae una inmensa paz y armonía.
A través de una meditación guiada, hoy te invitamos a tomar conciencia de que la misma naturaleza que nos alimenta, es la que vive y respira en nosotros. El aire en nuestros pulmones es el mismo que el aire exterior. Los elementos de nuestro cuerpo son idénticos a las sustancias externas. El agua de nuestro cuerpo es la misma que fluye por los ríos. La comida que tomamos viene de la tierra y vuelve a la tierra.
Podemos reconectarnos con el infinito poder de la naturaleza meditando un ratito al aire libre siempre que nos sea posible. Cuando esto no sea viable, podemos poner cerca de nosotros hojas, flores o ramitas que veremos como expresiones de vida que son. Al practicar, sé consciente de lo sólido, líquido, caluroso y espacioso de tu cuerpo físico y de la naturaleza que te rodea. Y al finalizar, agradecé a estos elementos naturales que son los cimientos en los que se sostiene tu propio cuerpo.
No juzgues los días como buenos o malos según el tiempo que veas cada mañana al mirar por la ventana. Todos los días son buenos, todos los climas tienen su razón de ser y tanto los amaneceres como los atardeceres tienen su encanto. Disfrutá de la delicia de cada momento en contacto con la naturaleza, que empieza estando afuera, pero al contemplarla, termina revelándose como inseparable de quién somos.
