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La aceptación: la primera ley del espíritu

La aceptación no tiene que ver con que algo nos guste o no, es dejar que fluya la vida.

 por Judith Johnson

¿Qué es la conciencia espiritual?

Así como existen leyes del universo físico tales como la ley de gravitación universal de Newton, existen cinco reglas secuenciales que gobiernan la conciencia espiritual. Estas son: aceptación, cooperación, entendimiento, amor y entusiasmo. Cada una es un pasaje hacia la que ley que sigue. El tomar conciencia de la presencia del espíritu en nuestras vidas está gobernado por estas cinco leyes. Cuando logramos comprenderlas y alinearnos con ellas, logramos tener acceso a los tesoros que guardan.

Yo concibo la conciencia espiritual como la capacidad de reconocer nuestra naturaleza divina y dejar que ella opere sobre la forma en que funcionamos en la vida. No importa cuáles sean las creencias que una persona tiene sobre Dios, la espiritualidad o la religión, las leyes del espíritu representan un pasaje hacia la libertad mental y emocional. Cuando no trabajamos en cooperación con estas leyes, nuestra conciencia opera en modo reactivo a las condiciones externas. Así, nos percibimos como víctimas o como ganadores en el juego de la vida.

La aceptación

La primera ley del espíritu – el escalón primordial en este camino a la libertad- es la aceptación. La verdadera aceptación no es para débiles, ni es una forma anodina de pasividad donde nos resignamos a arreglarnos con cualquier cosa que se presenta. Tampoco es adoptar la actitud de “esto es lo que hay” como si fuera una resignación. La aceptación es la decisión consciente de soltar todas las formas de resistencia a todo lo que se convierte en presente en el momento para sacarle el máximo provecho.

La aceptación no tiene que ver con que algo me guste o que tenga que aprobar algo. Es dejar que fluya la vida y que se desarrolle sin interponernos. Tiene que ver con ser receptivo en vez de ejercer resistencia a lo que se convierte en presente. En vez de poner el foco en el pasado o en el futuro o querer que las cosas sean distintas a lo que son, nos abrimos a lo que es verdadero en el momento. Esta falta de estar siempre “en contra de todo” nos permite involucrarnos con nuestra realidad en forma tal que podamos aprender de ella y fortalecer nuestra habilidad para funcionar en este mundo.

Para muchos de nosotros, el primer impulso es resistir todo lo que nos llega que no nos gusta. La aceptación implica superar este primer impulso y elegir respirar durante la experiencia y a través de ella, confiando en que tendrá valor para nosotros y no que nos jugará en contra. La verdad es que la resistencia prolonga la experiencia negativa, en cambio la aceptación permite la posibilidad de cambiar nuestras experiencias al cambiar nuestras actitudes.

Un ejemplo de por qué es mejor aceptar

Imaginemos un caso que me tocó vivir: el de una novia que estaba tan ilusionada con tener un casamiento al aire libre que no tenía un plan B sólido por si le tocaba mal tiempo. Se acercaba el día de la boda y ya había nubes en el horizonte. El pronóstico no era nada prometedor. La decisión final sobre si se llevaba a cabo la ceremonia adentro o afuera era de ella.

Finalmente llegó el día, se despertó preocupada por el clima, y se distrajo con todas los quehaceres programados durante el día hasta el momento de la ceremonia que era a las seis de la tarde. Se perdió el disfrute y el entusiasmo de pasar el día con sus amigas y con su familia que también se estaban preparando para la fiesta. No tomó en cuenta que si bien la tormenta que se avecinaba estaba fuera de su control, el clima interno en su corazón y en su mente corrían absolutamente por cuenta de ella. En vez de ir a lo seguro y darle a su equipo tiempo para preparar la ceremonia bajo techo, esperó hasta el último minuto.

Finalmente, cuando fui a aconsejarle que hiciera el casamiento adentro, estaba sentada con su vestido de novia, llorando a mares, con el maquillaje que corría por su cara testaruda. En ese momento, el cielo se puso negro, y cayó una lluvia torrencial. Se mojaron todas las sillas. Los invitados corrieron con pánico buscando resguardo. Mientras, el staff rescataba las sillas bajo la lluvia, ubicándolas debajo de la carpa de recepción, secándolas con toallas, mientras se resbalaban por el piso mojado.

Imaginen lo diferente que podría haber sido el día de esta novia si hubiese podido aceptar que no tenía control sobre el clima.

Consejos para practicar la aceptación

A continuación, dos puntos a tener en cuenta la próxima vez que tengas preconceptos sobre cómo te gustaría que fueran las cosas cuando la realidad te presenta algo muy diferente:

  1. Si seguís aferrándote a tu deseo, crearás una tensión mental y emocional entre tu deseo y la realidad. La distancia entre estos dos puntos estará conectada por una corriente de emociones negativas. En cambio, si elegís aceptar la realidad, toda esa energía que habría estado girando en la negatividad podrá ser canalizada para descubrir cómo sacar lo mejor de la situación.
  2. Como en el ejemplo de la novia relatado arriba, ni todo el voluntarismo del mundo, ni el mayor apego al resultado deseado de una acción, lograrán modificar la probabilidad de lo que tiene que suceder. Solo se deben considerar alternativas verdaderamente viables. Si el pronóstico indica que hay un 70% de probabilidad de lluvia, apegarse a la idea de un día soleado solo te garantiza la infelicidad y te ciega ante la posibilidad de ver, apreciar o invertir energía en las opciones reales que de verdad están disponibles.

En última instancia, la aceptación implica confiar en uno mismo como para estar a la altura de las circunstancias que se nos presentan. Se trata de estar abiertos a todo lo que trae la vida, sabiendo que todo tiene valor, nos guste o no.

Estas son dos de mis citas preferidas sobre la aceptación:

La razón por la cual no hay más personas que estén espiritualmente conscientes es que muchas veces no aceptamos, o nos negamos a aceptar, lo que está sucediendo. La aceptación es un fluir de la conciencia que continuamente pasa al siguiente tema.

Por lo tanto, hay que aceptar lo que llega a tu vida, sin quejarte por todo lo que te pasa. Si sucede, sucede. Seguí con tus cosas. Seguí fluyendo. No podrás controlar las circunstancias desde afuera, en vez de resistir el dolor o el fracaso y defenderte de todo, es mejor abrazar y abarcar tu dolor y tus fracasos. Aceptarlos plenamente para que se vuelvan una parte tuya.  

 Después podrás soltar todo porque son parte de tu medio interior – están dentro de tu dominio- y el amor de tu Alma los puede disolver. – John Roger

 Primero hay que aceptar, luego actuar. Sea lo que fuere que contenga el momento presente , aceptalo como si lo hubieras elegido…Esto transformará milagrosamente toda tu vida. – Eckhart Tolle

 Judith Johnson es autora, mentora y conferencista. Ayuda a los demás a elevar su estado de conciencia para que puedan brillar de adentro hacia afuera.

www.judithjohnson.com

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