Menú
“Me parece que todos nuestros problemas, nuestro sufrimiento y conflictos, tanto personales como globales, nacen de un problema básico: nuestra ignorancia sobre quienes somos en verdad. Nos hemos olvidado que no nos podemos separar de la vida y por consiguiente hemos empezado a temerla, y desde ese miedo le hicimos la guerra a la vida de diferentes maneras. Le hicimos la guerra a nuestros pensamientos, a nuestras emociones, a nuestros cuerpos y al momento presente mismo. En nuestros esfuerzos por protegernos del dolor, del miedo, de la tristeza, de la incomodidad, del fracaso, de aquellas partes de la vida que estamos condicionados a creer que son malas o negativas u oscuras o peligrosas, hemos dejado de estar verdaderamente vivos”.
Jeff Foster en “La aceptación más profunda”
Meditación, aceptación profunda del presente, de nuestros sentimientos y pensamientos, y de la propia historia con todo lo bueno y todo lo malo.
No hay que dejarse engañar por la juventud de Jeff Foster. Es un gran guía que no solo conoce las tradiciones de sabiduría perenne sino que se anima a desafiar algunas enseñanzas muy difundidas dentro del campo espiritual, en base a sus propias vivencias. Sus libros son accesibles y su mirada es muy moderna. La utilización del humor lo diferencia de algunas posturas espirituales más solemnes.
Recomendado para todos los niveles.
Nació en Londres, Inglaterra. Mientras estudiaba astrofísica en la Universidad de Cambridge se sintió agobiado por sus miedos, enojo, dudas y franca desesperación. Al graduarse, volvió a la casa de sus padres para dedicarse de lleno a estudiar espiritualidad, con el propósito de meditar hasta alcanzar la iluminación en el futuro. Cuando tenía una experiencia espiritual sublime buscaba repetirla y al no lograrlo se culpaba a sí mismo por “fracasar tanto en lo material como en lo espiritual”. Buscó con tanta persistencia un estado iluminado, queriendo ser perfecto, que terminó agotado.
Se dio cuenta de que todas las experiencias son temporarias. Esa era la gran trampa: creer que tenía que controlar sus pensamientos y sus sentimientos. Y su revelación fue darse cuenta que de nada sirve querer ser alguien que no uno no es. En vez de deshacerse de sus sentimientos y pensamientos, o de trascender su cuerpo, comprendió que no había nada inherentemente malo en su tristeza ni, en su experiencia en general. Que no tenía que llegar a un estado futuro sino que ya estaba donde tenía que estar. Fue en 2006 cuando vivió su despertar espiritual con una experiencia que fulminó su sensación de separación con el mundo. (“Y todo lo que durante tanto tiempo había parecido tan común, de pronto se convirtió en extraordinario, y me pregunté si, en realidad, no había sido siempre así, tan absolutamente vivo, tan claro y vibrante.”)
“Se dio cuenta de que todas las experiencias son temporarias. Esa era la gran trampa: creer que tenía que controlar sus pensamientos y sus sentimientos.”
Después de escribir su primer libro, La vida sin centro, Foster fue invitado a dar charlas para pequeños grupos. Siguieron más libros y pronto los encuentros fueron reemplazados por retiros y sesiones personales con él. En el 2011, escribió un ensayo revelador explicando por qué ya no se consideraba un “maestro Advaita” o “maestro de la no-dualidad” donde manifiesta no pertenecer a ninguna tradición y su deseo de involucrarse con la realidad de lleno y de manera auténticamente humana. Declara que “la verdadera libertad no intenta escapar de lo personal hacia lo impersonal sino que se encuentra justo en el corazón de toda experiencia humana, incluso en la más íntima.”
En la actualidad Jeff Foster viaja por el mundo con el objetivo de señalar que la aceptación más profunda es inherente al momento presente. Con su estilo directo, comprometido y compasivo recurre también al humor para ayudar a las personas a descubrir quiénes son en realidad, más allá de sus pensamientos y juicios sobre sí mismas. Habla en un lenguaje directo, cotidiano y accesible sobre los problemas que surgen dentro del contexto moderno y el estrés que generan además de los conflictos que traen aparejadas las relaciones hoy en día.