“La meditación —aquella ciencia cuyo objetivo es la realización de Dios— es la más práctica de todas las ciencias del mundo. El propósito esencial de la meditación es tomar plena conciencia de Dios y de la eterna identidad del alma con Él.”
Quienes se sienten movidos a seguir las enseñanzas de este linaje de maestros autorrealizados, por medio de la práctica regular de la meditación devocional y Kriya Yoga.
Swami Paramahansa Yogananda es considerado una de las figuras espirituales más relevantes de los últimos tiempos. Fue el primer gran maestro de yoga hindú en vivir y enseñar en Occidente la ancestral sabiduría de India. En 1920 se dirigió a Estados Unidos donde divulgó la técnica científica de meditación del Kriya Yoga del linaje de Babaji, Lahiri Mahasaya, y su amado maestro Sri Yukteswar, quién influyó mucho en su vida y sus enseñanzas. Entró en Mahasamadhi (el abandono definitivo del cuerpo físico, realizado en forma voluntaria y consciente por un yogui) el 7 de marzo de 1952 en Los Ángeles, California, luego de haber concluido su discurso en una ceremonia de honor ofrecida al embajador de la India. Semanas después de su deceso, su rostro inmutable resplandecía con el divino fulgor de la incorruptibilidad, impactante hecho que fue captado por los periódicos de la época y calificado como “un caso sin precedentes”.
Ha impactado la vida de millones de seres a través de sus enseñanzas, que ponen énfasis en experimentar la conciencia universal a través de la meditación Kriya Yoga; en el arte de llevar una vida equilibrada en cuerpo, mente y espíritu. Su vocación fue enseñar a la humanidad el propósito de la existencia, que consiste en expandir nuestras limitadas conciencias temporales hasta identificarlas con la Conciencia Divina. Pocos autores han dejado relatos autobiográficos tan pormenorizados y apasionantes como lo ha hecho Paramahansa Yogananda en su Autobiografía de un Yogui.
“La persistencia garantiza que los resultados sean inevitables”
Retransmitió las enseñanzas tradicionales hindúes y las adaptó a la modernidad, buscando las conexiones y puntos en común con las tradiciones espirituales de occidente. Expresó que el universo es una obra divina y que los individuos son simplemente actores en este drama del mundo (maya), que cambian de papeles y roles. Enseñó que el sufrimiento profundo de la humanidad surge porque las personas nos identificamos demasiado con el cuerpo y las condiciones asociadas a nuestro nacimiento y entorno cultural, en lugar de identificarnos con la esencia divina, que en la imagen anterior sería el productor de la obra o nuestro Yo real.
Sus enseñanzas apuntan a liberar a la humanidad del triple sufrimiento: sufrimiento físico, conflictos mentales e ignorancia espiritual.
Su vida y sus enseñanzas fueron un importante puente de entendimiento cultural y espiritual entre Oriente y Occidente, que fomentó el intercambio mutuo de las mejores cualidades de ambos.
Todos los libros de Paramahansa Yogananda han sido publicados por Self-Realization Fellowship
Década del 80
Década del 90
Siglo XXI
www.yogananda-srf.org (seleccionar idioma en la parte derecha arriba)