fbpx

7 maneras de meditar aunque tengas una vida ocupada

No hay excusas para no meditar, aunque tengas una vida muy ocupada, te proponemos 7 técnicas.

Cuando estamos muy ocupados, la idea de sumar una cosa más a nuestra rutina diaria, como la meditación, puede parecer poco realista. Especialmente si la imagen que tenemos de la meditación es la de estar sentados durante mucho tiempo, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, en un estado de total serenidad. Si bien esta postura es ideal, es difícil imaginarnos adoptando esta práctica cuando hay otras miles de cosas que requieren de nuestra atención. Es perfectamente entendible.

Sin embargo, lo cierto es que todos tenemos tiempo de meditar. Si podemos encontrar tiempo para lavarnos los dientes, podemos meditar. Si encontramos tiempo para mirar televisión, podemos meditar. Si encontramos tiempo para ver las novedades que se publican en las redes sociales, sin duda tenemos tiempo de meditar.

Como muchos, probablemente estemos en el punto en que quisiéramos meditar más, o simplemente empezar, pero no sabemos cómo integrarlo a nuestra rutina. La regla general es que cuanto más ocupados estamos, más precisamos la meditación. Parece contraintuitivo; sin embargo, uno de los beneficios de la meditación es que crea espacio para más desarrollar mayor creatividad, e incrementa nuestro foco y nuestra energía. Todos somos capaces de meditar; esta capacidad es natural en nosotros.

Es interesante notar que cada vez más personas exitosas, entre ellos atletas, se han dado cuenta de la importancia de la meditación y de cómo ayuda a mejorar su liderazgo y capacidad deportiva. Cada uno llegó de un modo distinto a la meditación y por lo tanto tiene su propia práctica. Existen muchos estilos, y cada uno ofrece sus propios beneficios. Si gente ocupada como ellos puede hacerse el tiempo para meditar, nosotros también.

Empecemos por descartar las ideas de cómo “debe” o “debería” ser la meditación y aprendamos a entender cómo puede funcionar en beneficio nuestro. Sí, el meditar puede requerir que nos sentamos en estricta quietud  durante una o dos hora, si tenemos el tiempo. Pero una meditación corta nos puede llevar 5 ó 10 minutos, o consistir simplemente en algunas inhalaciones y exhalaciones breves. En última instancia, la idea es que nos estamos tomando el tiempo para conectarnos con nosotros mismos y con esa sabiduría interna que nos espera. El único requisito es tener el propósito y la apertura necesaria como para hacer ajustes que posibilitarán cambios positivos en nuestra vida.

Ofrecemos aquí siete meditaciones fáciles para incorporar a nuestro día.

Estemos en el momento

Esta es una buena manera de empezar a practicar el ser conscientes de nosotros y de nuestro entorno. Tal vez nos pasamos tanto tiempo yendo de una actividad a otra que nos desconectamos de lo que sentimos, tanto física como emocionalmente. Será mejor si hacemos un plan y nos ponemos recordatorios durante el día para mantenernos presentes, plenamente. Lo podemos hacer en cualquier lugar y momento.

Por ejemplo, donde estemos, podemos notar nuestros pensamientos y sentir nuestro cuerpo. Prestar atención al entorno y tal vez a nuestra respuesta a ese entorno. Durante este tiempo, no estamos distraídos por el futuro ni sumergidos en el pasado (aunque sea por un momento). Es desde este espacio, desde el momento presente, que la vida se vuelve mucho más rica. Nos toma unos pocos minutos, y es una práctica simple que nos puede mejorar la atención y la toma de conciencia.

También en nuestro trabajo

Pensemos en traer la meditación al trabajo y hasta podemos invitar a otros colegas a sumarse. El meditar en grupo aporta beneficios únicos. Compartir la energía colectiva de las intenciones, sumada a los deseos de los demás, profundiza la conexión con nuestros propios deseos. Podemos armar un grupo chico que esté interesado en tomarse una breve pausa. La meditación crea un estado de “conciencia en reposo”, perfecta para esos días cuando nos sentimos cansados o poco efectivos. Lo más probable es que al tiempo, todos van a desear que llegue el momento de meditar, y nosotros también.

La duración de la meditación, que puede ser guiada con una app o por alguien en internet, puede ser, idealmente, de unos 20 minutos. Estos son minutos que van a ser valiosos para nosotros y para los que participen. Pueden generar una gran diferencia en nuestra vida.

Disfrutemos del aliento de vida

Para ayudarnos a formar el hábito de energizarnos a través de la respiración, es importante disponer de tiempo en la mañana, mediodía y tarde para tomarnos una pausa y hacer unas respiraciones profundas. Puede ser 1, 2 o 10 respiraciones, según el tiempo que tengamos. Podemos hacer esto mientras caminamos, vamos en tren, en avión, o antes de una reunión.

O ahora mismo:

  • Tan simple como cerrar los ojos y hacer una respiración profunda.
  • Inhalar profundamente, permitiendo que la panza se expanda con el aire.
  • Hacer una pausa. Luego exhalar por la boca, haciendo el sonido de un suspiro.
  • Abrir los ojos y notar si sentimos algo diferente luego de esta experiencia, por más sutil que sea.

Con eso sólo estamos un paso más cerca de nuestra paz interior. Es difícil acordarnos de respirar durante momentos estresantes, si bien esta es una de las medidas más recomendables para ayudar a atravesarlos.

Meditemos mientras esperamos

Es inevitable, en ciertos lugares, que tengamos que esperar. En un consultorio médico, esperando a un amigo que se retrasó, en un negocio, en la cola del supermercado … y la lista sigue. En lugar de manotear el teléfono para distraernos, este es el momento perfecto para entrar en la zona meditativa.

Empecemos respirando profundo un par de veces y luego notemos lo que sucede a nuestro alrededor. Escuchemos las sonidos y observemos la actividad. Tratemos de mirar sin agregar ningún juicio. Notemos a dónde van nuestros pensamientos, y traigámoslos de nuevo al presente. Como regalo adicional, enviemos compasión hacia las personas, mirándolas y pensando sin decirlo algo como “Ojalá tengas un lindo día” o “Te deseo muchas bendiciones”. Al terminar, ya habrá llegado nuestro turno con el médico y quedaremos con una sensación de plenitud, además de que las personas a nuestro alrededor se beneficiarán también.

Aprovechemos la tecnología

Ni hace falta decir que vivimos en un mundo basado en la tecnología. Lo bueno es que tenemos acceso a tantos recursos, que incluyen apps para la práctica de meditación o hábitos que cultivan la atención plena o mindfulness, que es también un tipo de meditación. Sólo necesitamos un par de auriculares, y estaremos listos para tomarnos unos minutos en cuanto podamos.

Si bien estas apps son cómodas, recordemos que la herramienta principal que siempre tendremos somos nosotros mismos y nuestra capacidad de acceder a la quietud interior. Pero está bien necesitar una ayudita.

Tomemos un tiempo justo antes de llegar a casa

Antes de entrar a casa después de un día agitado en el trabajo, tomemos un momento para hacer una pausa y relajarnos. Lo que nos espera ni bien entremos (chicos, cena, deberes, tareas de limpieza, más trabajo) pueden aguardar unos minutos o segundos. Probemos sentarnos en un banco o en el auto en la entrada y meditar por unos momentos o hacer algunos ejercicios de respiración. ¿Hay algún lugar entre el trabajo y nuestra casa donde podamos parar y sentarnos o caminar unos minutos? Mirar el mar, el bosque o un lago o fuente en un parque puede ser rejuvenecedor y enriquecedor. Donde sea que estemos siempre podemos buscar un poquito de naturaleza para elevarnos. Seamos creativos.

Empecemos ni bien nos despertamos

Antes de empezar a las corridas, empecemos nuestro día meditando. Esta es una de las meditaciones más fáciles que podemos hacer y ayuda a sentar la pauta para el resto del día. No bien nos despertamos y empezamos a pensar en nuestro día, apretemos pausa, usemos el baño y sentémonos en algún lado para reflexionar. Podemos hacerlo sentados a un costado de la cama, aun antes de ir al baño. Encontremos la manera que nos sirva a cada uno. Con el tiempo ajustaremos esta rutina cada vez mejor.

Podemos hacer unas respiraciones profundas y visualizar el día que nos espera, poniendo buenas intenciones para que superemos con facilidad y capacidad los desafíos, ayudados por la claridad y la fortaleza. Pidamos ayuda si nos surge hacerlo. Esto puede tomarnos cinco minutos o menos, todos tenemos este tiempo si lo buscamos. Tal vez precisemos poner el despertador un poquito más temprano para poder incluir este espacio.

Estas son algunas maneras de empezar a practicar la meditación durante nuestro día. Lo bueno de este tipo de trabajo es que no hay una manera correcta o equivocada. Para quienes no lo han hecho aún, ayuda aprender por dónde empezar a meditar, para aprender la teoría y la filosofía, ya que eso te permitirá ir a un nivel más profundo de práctica.

Ahora que nos hemos inspirado y estamos más cerca de la posibilidad de meditar, comencemos a poner nuestra atención en esta área de la vida, ¡y vamos a encontrar que tenemos más tiempo que el que creíamos!

Fuente: Rachelle Williams, educadora védica, Centro Chopra

Compartir

¡Dejanos guiarte!

Recibí una comunicación bimensual gratuita para inspirarte con una: ✓reflexión ✓práctica ✓recomendación.