El comienzo
Wilber nació en 1949 en Oklahoma; a los 18 años entró a la universidad con intención de estudiar medicina. Pero se vio fascinado por la literatura Oriental, especialmente el Tao Te Ching y después de unos años abandonó la vida academica formal para dedicarse tiempo completo al estudio personal de tradiciones espirituales más todos los grandes movimientos del siglo XX, además de practicar la meditación zen.
A los 24 años escribió su primer libro, “El espectro de la conciencia”, que busca integrar distintas disciplinas y distintos campos de conocimiento. El libro fue rechazado por 20 editores hasta que finalmente encontró una editorial que lo publicó en 1977. Desde entonces ha seguido publicando libros.
En 1983 se casó con Terry Killam, luego cambió su nombre a Treya, quien fue diagnosticada con cáncer después de la luna de miel. Entre 1984 y 1987 Wilber dejó de escribir para dedicarse plenamente al cuidado de Treya hasta su muerte en 1989. El libro “Gracia y coraje” narra la historia de amor entre ellos y los múltiples desafíos que enfrentaron juntos. El libro está escrito por ambos ya que Treya llevaba un diario que luego se publicó en 1991 con los textos intercalados de Ken Wilber. Es un libro conmovedor que ayuda a ver a Wilber en su rol de hombre de carne y hueso más que al brillante escritor. Su lectura resulta transformadora ya que ayuda a no prejuzgar ni a intentar explicar en forma facilista por qué nos enfermamos.
Los postulados fundamentales
Wilber deja atrás el movimiento de la psicología transpersonal de sus comienzos, una vez que postula la falacia pre-trans, es decir, que no es lo mismo lo pre-racional que lo trans-racional, y confiesa que le cuesta enunciar esta falacia ya que gran parte del movimiento moderno espiritual cae en esta equivocación que él mismo había compartido en sus primeros libros.
Después de algunos años para recuperarse de la muerte de Treya, Wilber escribe en la década del 90 algunas de sus obras más memorables como “Sexo, ecología, espiritualidad” y “Breve historia de todas las cosas”. A partir de entonces adopta una postura que hasta el día de hoy denomina integral: la define como “integrativa, inclusiva, comprehensiva y equilibrada; cuya idea es aplicar esta orientación integral a los múltiples campos del conocimiento y emprendimiento humano, incluyendo la integración de la ciencia con la espiritualidad.”
El modelo Integral
El método integral funciona a través de tres pasos fundamentales. Primero, en un nivel de abstracción que es llegar a una “generalización orientadora”. Por ejemplo, en las tradiciones espirituales no todos están de acuerdo en si Jesús, Mahoma o Jehová son Dios, pero todas las religiones coinciden en que existe un espíritu o misterio incuantificable, y ésta sería la generalización orientadora. El segundo paso es tomar todas las verdades parciales, o generalizaciones orientadores que surgen del primer paso y formular la siguiente pregunta: ¿Qué sistema coherente incorpora a la mayor cantidad de estas verdades? Y el tercer y último paso es el desarrollo de una teoría crítica. Una vez concluido cuál es el esquema que incorpora la mayor cantidad de generalizaciones orientadoras, Wilber utiliza este esquema para criticar los enfoques más parciales y estrechos.
Ciencia y Religión
Otro de los esfuerzos de Ken Wilber está en intentar unir la ciencia con la religión, bajo la mirada integral, tomando en cuenta el método científico para las experiencias místicas que se repiten y homologan a lo largo de la historia y dejando a un lado los distintos dogmas religiosos que no encuentran reconciliación.
En el 2011 Wilber anunció que sufre de fatiga crónica causada por un mal degenerativo, contraído a fines de la década del 80, conocido como enfermedad de deficiencia de enzima Rnasa, que le trajo un sinfín de problemas físicos y lo limita mucho en la actualidad.
Si bien en ocasiones por error se lo ha descrito como un escritor New Age, su obra es severamente crítica con este movimiento. Como sostiene el escritor Tony Schwartz, quien le dedicó un capítulo entero en su libro Lo que realmente importa: en busca de la sabiduría en Occidente, “Wilber unificó a Freud con el Buda”.